Para poder entender como es que los medios, las empresas y/o los políticos deforman la realidad, debemos hablar de la esencia de esa deformación, la mentira.
Todos mienten en mayor o menor grado, niños, adolescentes, adultos, viejos, todos lo hacen o lo han hecho, ¿por qué?, simple y sencillamente, por que, muy a nuestro pesar, las mentiras le otorgan cierta forma de ventaja o seguridad al que las usa. Podrían estarse preguntando, ¿qué hay de las mentiras piadosas (como les llaman), bueno, en el caso de un niño que no sabe la verdad sobre los reyes magos, santa claus o por que papá lastima a mamá en las noches, se podría decir que se “protege su inocencia”, en el caso de un enfermo terminal, que se trata de confortarlo, pero al final del día, las mentiras siguen siendo mentiras. Ahora bien,¿qué pasa en el caso contrario?, cuando se trata de un engaño con toda alevosía para lograr alguna ventaja, sobre una o más personas, bien pues en este caso, la situación se reduce a algo mucho más simple, comerles el mandado a todos. ¿Qué que tiene todo esto que ver con las necesidades creadas? …….TODO!!!
Como ya lo mencione antes, la sociedad acepta las “mentiras piadosas” como algo normal e incluso correcto, así que podemos suponer que, desde muy pequeños, se nos enseña que mentir esta bien, siempre y cuando no te cachen y que si te cachan, pues esta bien ya que era una mentirilla. Bien, ahora imaginen lo siguiente, un niño que crece con la idea de que mentir de vez en cuando esta bien, después de un rato, usa mentiras más elaboradas, después de otro tiempo, estas le empiezan a reportar ganancias en lo que la sociedad considera el pináculo del éxito, dinero y después de mucho tiempo más, se vuelve presidente. ¿¡Qué paso?!, que un escuincle mentiroso, creció para engrosar las filas de los únicos mentirosos que nuestra sociedad no solo acepta sino que además en algunos casos sigue como borregos a través de caminatas por avenidas principales para quien sabe que, por que le regalaron una despensa, los políticos. (¡¡¡OH!!! Si, esos que nos gobiernan y nos dicen lo que esta bien y lo que esta mal mienten……UuuuUUuuuu). Pues bien, si lo miramos con crudeza, nos daremos cuenta que la mentira es usada en todas partes y a todos niveles, nadie esta exento de mentir o ser engañado, la iglesia miente, los gobiernos mienten, las empresas mienten…..incluso tu novia cuando te dijo que era virgen ,y lo hacen por la simple y sencilla razón de que, necesitan algo de nosotros, ya sea votos, dinero o tranquilidad y amor(o tu coche, no se).
Pues bien las necesidades creadas por una cultura de consumo, no son más que ese deseo de aventajarnos, exaltado, al grado de convertir a las personas en receptáculos de…..pues de mierda e ignorancia y al objeto, en un vehículo para lograr embobarnos y consumar el engaño…..y obtener una jugosa ganancia en el proceso. Los medios impresos, radiofónicos y televisivos están saturados de este tipo de mentiras, día a día, somos bombardeados por ellas con el afán de que con el tiempo, quede impreso en nuestro cerebro la idea de que, no importa lo que sea o diga, es el camino seguro a ser ya sea mejores personas, más atractivos o más exitosos, y para lograrlo, nuestras mentes son atacadas casi 24 horas con imágenes absurdas que presentan o representan ideales irreales e inalcanzables y luego se nos otorga la esperanza de que podemos obtenerlas (por una cantidad muy pocas veces razonable) a través de un objeto, una idea……o una persona, y ¡¡ZAZ!!, la mentira esta consumada y una nueva necesidad ficticia ha nacido.
Ante un panorama tan desolador, solo queda un pequeño resquicio de esperanza, sí somos un poco más críticos con lo que los medios nos venden, si nos detenemos a escuchar, cuestionar y debatir las ideas de un político en campaña, o sí simplemente, cultivamos el sentido común y la cultura, existe la posibilidad de que, con el tiempo nos vacunemos contra el borreguismo y la estupidez y con un poco de tiempo más, podamos distinguir sí lo que se nos ofrece, es verdaderamente lo que nos han dicho que es y más importante aun, sí lo necesitamos o no.
FLUX.
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